8.000 niños, niñas y familias han recibido asistencia humanitaria de Aldeas Infantiles SOS en Ucrania
En 26 días de guerra en Ucrania las necesidades humanitarias dentro y fuera del país se han disparado, alcanzando a más de 12 millones de personas, tres de los cuales son niños y niñas. El Programa de Respuesta a Emergencias lanzado por Aldeas Infantiles SOS ya ha atendido a más de 8.000 niños, niñas y familias dentro de Ucrania y ha facilitado cuidado alternativo y asistencia humanitaria a 791 refugiados en distintos países europeos.
Las necesidades humanitarias generadas por la guerra en Ucrania aumentan cada día de forma exponencial. Más de 12 millones de personas, de las cuales tres son niños y niñas, requieren ayuda urgente.
Según explica Aldeas Infantiles SOS, “los niños y niñas refugiados y desplazados internos corren un alto riesgo de perder el cuidado de sus padres, así como de sufrir violencia, abuso, explotación e incluso tráfico de personas. Asimismo, la extrema vulnerabilidad socioeconómica de las niñas y las mujeres desplazadas también las pone en riesgo de trata de personas y explotación sexual. Por todo ello, su protección es vital”. La organización afirma que la preocupación por la presencia de traficantes sexuales que se dirigen a mujeres con niños pequeños a lo largo de la frontera de Ucrania es creciente.
En una situación complicada y volátil con altos niveles de separación familiar y trauma, desde Aldeas Infantiles SOS aseguran que el acceso a información y asistencia legal nada más abandonar su país es crítico para los refugiados.
Por otra parte, aumentan las necesidades de alojamiento de emergencia y artículos de primera necesidad debido al desplazamiento masivo. Aunque muchos desplazados internos se alojan en viviendas privadas, un número cada vez mayor busca refugio en albergues o centros colectivos. Aldeas alerta de que, en estas instalaciones, se enfrentan a condiciones de hacinamiento, falta de separación por género o espacio para unidades familiares que brinde la privacidad necesaria, además de contar con servicios básicos como electricidad y agua deficientes. Todo ello aumenta considerablemente el riesgo de violencia de género y de contagio por COVID-19.
Para Aldeas Infantiles SOS, el riesgo de que los niños y niñas experimenten problemas de salud es enorme. “Se han interrumpido los programas de vacunación, lo que eleva la probabilidad de que aparezcan enfermedades que se pueden prevenir, como el sarampión y la poliomielitis, y los niños con enfermedades crónicas se enfrentan a grandes dificultades para acceder a atención médica”. Los servicios de salud, ya debilitados por la COVID-19, se han deteriorado rápidamente desde el inicio del conflicto por la constante escasez de insumos médicos, así como por los ataques a las infraestructuras sanitarias.
Además de servicios médicos, los niños y niñas ucranianos, tanto dentro como fuera del país, necesitan atención psicológica para el tratamiento del trauma, puesto que ya sufren los efectos del estrés prolongado. “Muchos de ellos parecerán estrés tóxico, una reacción fisiológica a una situación adversa que se prolonga en el tiempo y puede tener consecuencias a nivel neurológico, del crecimiento e inmunológico”, sostienen desde Aldeas. Para ellos es indispensable recibir ayuda psicológica y acompañamiento para afrontar y superar la experiencia vivida. Solo así podrán recuperarse.
La organización de atención directa a la infancia recuerda que el acceso a la educación se ha visto interrumpido para aproximadamente 5,7 millones de niños y adolescentes en edad escolar. Advierte, asimismo, que la proliferación de armas pequeñas y ligeras ha aumentado gravemente el riesgo de reclutamiento de adolescentes en edad escolar en grupos armados.
Por último, la inseguridad alimentaria crece cada día que pasa debido a la escalada de las hostilidades, los desplazamientos masivos, las limitaciones de suministro y las interrupciones del mercado. Y las necesidades de agua, saneamiento e higiene, especialmente en el este de Ucrania, también aumentan ya que las infraestructuras esenciales de agua han sido dañadas o destruidas. La escalada bélica impide que se lleven a cabo las obras de reparación que se necesitan con urgencia y un número significativo de personas no tienen agua ni calefacción. Sin embargo, “es urgente poner remedio a esta situación para prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por el agua”.
Respuesta a emergencias
Aldeas Infantiles SOS ha proporcionado alimentos, agua, artículos de higiene y de primera necesidad, alojamiento y servicios psicosociales a 8.050 personas dentro de Ucrania en las casi cuatro semanas que el país lleva sumido en la guerra. Entre ellas, ha atendido a 300 niños y niñas no acompañados y a 1.500 tutelados por el Estado ucraniano que habían sido evacuados de instituciones residenciales. Todos ellos se encontraban en tránsito.
La organización de atención directa a la infancia ha conseguido, asimismo, evacuar a 500 familias de acogida, que están a salvo en zonas seguras y con acceso a bienes y servicios esenciales.
En torno a 2.000 familias con niños y niñas a su cargo que no han podido abandonar sus hogares han recibido dinero en efectivo y artículos de primera necesidad en sus lugares de residencia, así como apoyo psicosocial de los profesionales de Aldeas Infantiles SOS en el terreno.
Por otra parte, la organización está proporcionando cuidado alternativo a niños y niñas sin cuidado parental y asistencia humanitaria a 791 personas (230 niños y niñas y 561 adultos) en distintos países de Europa . En concreto, Aldeas Infantiles SOS se centra en la protección de los refugiados más vulnerables: niños, niñas y adolescentes no acompañados o tutelados, y familias monomarentales.
El trabajo de Aldeas en Ucrania
La presencia de Aldeas Infantiles SOS en Ucrania con programas permanentes ha permitido a la organización dar respuesta con carácter de urgencia a la situación de emergencia humanitaria generada por el conflicto bélico.
Aldeas trabaja en Ucrania desde 2003 con niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o están en riesgo de perderlo y con familias en situación de vulnerabilidad. En 2010 abrió la primera Aldea Infantil SOS en Brovary, región de Kiev. Su labor en la región de Lugansk, al este de Ucrania, que comenzó en 2012, se reorganizó en 2014 para satisfacer las necesidades de niños, niñas y familias a ambos lados de la línea de demarcación, la frontera entre el territorio controlado por los rebeldes prorrusos y por el Gobierno ucraniano.
En febrero de 2021, Aldeas atendía a un total de 2.000 niños, niñas y adolescentes y a 743 familias en Ucrania. Tras lanzar su Programa de Respuesta a Emergencias en febrero, el número de personas atendidas por la organización no ha dejado de crecer.