Emergencia en la frontera entre Grecia y Turquía
Condenamos enérgicamente todas las formas de violencia e instamos a las autoridades competentes a garantizar que los niños y niñas que huyen de sus hogares estén protegidos de la violencia y tengan acceso a atención adecuada en un entorno seguro. Los gobiernos no pueden dar la espalda a estos menores que buscan seguridad, deben compartir la responsabilidad de asegurar su cuidado y protección.
Los niños y las niñas siempre deben ser tratados como niños y niñas. Su derecho a la protección y a recibir la atención adecuada debe garantizarse en todas las circunstancias.
Junto con nuestros socios institucionales y de la sociedad civil, estamos preparados para formar parte de una fuerte respuesta global, proporcionando atención y apoyo psicosocial y educativo a los niños que buscan reconstruir sus vidas.
Los campos de refugiados nunca son el lugar adecuado para un niño. Los estados deben proporcionar cuidados de calidad en un entorno comunitario. Y esto ha de incluir el acceso a servicios clave como atención médica, educación y apoyo psicosocial.
Los niños y niñas no deben separarse de sus familias a menos que sea en su interés superior y nunca deben ser detenidos. Los menores no acompañados y separados de sus familias tienen que poder reunirse con sus familias donde sea más conveniente para ellos y recibir cuidado alternativo de calidad que satisfaga sus necesidades individuales.
Aldeas Infantiles SOS de Grecia atiende a unos 200 niños cada día en el campo de refugiados de Kara Tepe en la isla de Lesbos. Las tensiones recientes en la isla obligaron a la organización, como a muchas otras ONG, a suspender temporalmente sus actividades durante una semana. Ayer, 4 de marzo, sus profesionales pudieron regresar a Kara Tepe y continuar con los programas educativos y de apoyo psicosocial.
Aldeas cuenta además con Centros de Día en Atenas, Creta y Salónica, desde los que se da apoyo a unos 400 refugiados al mes, y con programas de cuidado alternativo en los que brinda atención de calidad en un entorno familiar a menores sin cuidado parental, incluidos niños migrantes y refugiados no acompañados.