Tres años de bombas, miedo y pérdida para la infancia en Ucrania

Emergencias
Más de 255.000 niños, niñas y adolescentes han recibido apoyo del Programa de Respuesta en Emergencia de Aldeas Infantiles SOS, como el de Fortalecimiento Familiar en Brovary
  • Desde que en febrero de 2022 estallase la guerra en Ucrania, 673 niños y niñas han muerto, 1.865 han resultado heridos y más de un millón siguen desplazados dentro del país.
  • A través de su Programa de Respuesta a Emergencias, Aldeas Infantiles SOS ha proporcionado apoyo a un total de 425.733 personas en Ucrania y refugiadas en distintos países europeos, de las que más de 255.000 son niños, niñas y adolescentes.
  • Ayuda humanitaria, apoyo psicológico y social, y programas de asistencia en efectivo para garantizar que las familias puedan cubrir sus necesidades básicas son sus principales áreas de acción.
  • Aldeas Infantiles SOS cuenta con un Programa de Rehabilitación para niños y niñas heridos de guerra y ha colaborado con el hospital Ohmatdyt, en Kiev, un centro de referencia en la atención pediátrica que sufrió graves daños tras un ataque el pasado mes de julio.

Entrevista al director de Aldeas Infantiles SOS Ucrania: https://youtu.be/0zb7vUFJ1Kg

Madrid, 24 de febrero de 2024. Cuando se cumple el tercer aniversario del comienzo de la guerra en Ucrania, Aldeas Infantiles SOS hace balance de su labor en el terreno y alerta de que la infancia sigue siendo víctima de altos niveles de violencia e inestabilidad. En estos tres años, la organización ha proporcionado atención directa a 425.733 personas, de las cuales más de 255.000 son niños, niñas y adolescentes. A través de su Programa de Respuesta a Emergencias, la organización continúa facilitando asistencia humanitaria, apoyo psicosocial, rehabilitación para niños y niñas heridos y ayuda económica a familias en situación de vulnerabilidad.

Desde que en febrero de 2022 estallase la guerra en Ucrania, 673 niños y niñas han muerto, 1.865 han resultado heridos y más de un millón siguen desplazados dentro del país. Para muchos más, la guerra también ha significado un enorme paréntesis en su educación. Más de cinco millones han visto sus clases interrumpidas y sus centros escolares dañados o destruidos. “Han sido tres años de bombas, de miedo y de pérdida para la infancia en Ucrania”, aseguran desde Aldeas Infantiles SOS, que amplió su presencia tanto en el terreno como en los países receptores de refugiados para dar respuesta a la tragedia humanitaria que se desencadenó y que a día de hoy continúa.

Actualmente, la organización de atención directa a la infancia tiene presencia en siete regiones del país: Kiev, Poltava, Mykolaiv, Chernivtsi, Ivano-Frankivsk, Lviv y Zakarpattia. Desde todas ellas proporciona ayuda humanitaria, apoyo psicológico y social, y programas de asistencia en efectivo para garantizar que las familias desplazadas y las de acogida puedan cubrir sus necesidades básicas.

Atención psicológica y espacios seguros

Aldeas Infantiles SOS asegura que el impacto psicológico de la guerra en la infancia es alarmante: “la exposición constante a los bombardeos, la pérdida de seres queridos y la incertidumbre han provocado un aumento sin precedentes en los niveles de ansiedad y estrés infantil”. En el último año, más de 50.000 niños y niñas han buscado ayuda psicológica, una cifra que triplica los niveles del año 2023.

La organización ha ampliado su Programa de Apoyo Psicosocial y de Salud Mental con equipos móviles desplegados en diversas regiones de Ucrania. A lo largo del año, cientos de niños, niñas y familias han recibido acompañamiento psicológico, tanto en entornos educativos como en sesiones individuales. Además, se han desarrollado campamentos especializados para fortalecer la resiliencia infantil y ayudar a los niños, niñas y adolescentes a superar el trauma del conflicto.

Por otra parte, en los Espacios Amigables para Niños y Niñas de Aldeas Infantiles SOS encuentran seguridad, apoyo emocional y oportunidades de aprendizaje. Además de materiales educativos, reciben clases de refuerzo y apoyo logopédico. Estas iniciativas buscan paliar el impacto de la guerra en la educación infantil y asegurar que los niños y niñas puedan continuar con su formación a pesar de las dificultades.

Apoyo a niños y niñas heridos de guerra

El conflicto ha dejado a miles de niños, niñas y adolescentes con secuelas físicas graves. Para atender esta emergencia, Aldeas Infantiles SOS cuenta con un Programa de Rehabilitación para niños y niñas heridos de guerra, que les facilita el acceso a servicios médicos especializados, terapias neurológicas y ortopédicas, apoyo psicológico y terapia del habla.

Durante el último año, Aldeas Infantiles SOS instaló una bomba de calor en la piscina de rehabilitación del hospital Ohmatdyt en Kiev, un centro de referencia en la atención pediátrica que sufrió graves daños tras un ataque en julio. Además, la organización ha proporcionado material terapéutico especializado y garantiza que los niños y niñas hospitalizados puedan continuar con su educación mediante sesiones online adaptadas a sus necesidades.

Sin memoria de la paz

“Hay niños y niñas en Ucrania que nunca han conocido la paz. Nacieron durante la guerra, han crecido con la guerra, y su infancia ha sido completamente arrebatada”, lamentan desde Aldeas Infantiles SOS. “Y otros muchos no recuerdan otra realidad, solo bombardeos, terror y pérdida”.

La organización asegura que la infancia en Ucrania ya no es lo que debería ser. “La infancia es el momento en el que exploras el mundo, aprendes a confiar en las personas y construyes los cimientos para convertirte en un adulto fuerte. Muchos niños y niñas ucranianos no han tenido esta oportunidad”.

El tercer año de la guerra en Ucrania deja un panorama desolador para la infancia. La falta de seguridad, el colapso educativo, el desplazamiento masivo y el impacto en la salud mental amenazan el presente y el futuro de millones de niños y niñas. Aldeas Infantiles SOS llama a la comunidad internacional a elevar sus esfuerzos para garantizar la protección, el acceso a servicios esenciales y el apoyo psicológico a los niños y niñas afectados por la guerra en Ucrania.