La Aldea Infantil SOS de Sant Feliu de Codines cumple 50 años ofreciendo un hogar a la infancia vulnerable

- Su modelo de acogimiento residencial de carácter familiar rompió moldes al acoger a niños y niñas en un mismo hogar, no separar a los hermanos y mantener grupos reducidos con educadores y educadoras permanentes.
- A lo largo de medio siglo, la Aldea ha sido el hogar de 483 niños, niñas y adolescentes.
- A su alrededor, se ha ido tejiendo una red de Programas de Prevención, Jóvenes y Apoyo al Acogimiento Familiar.
Barcelona, 14 de noviembre de 2022. La Aldea Infantil SOS de Sant Feliu de Codines abrió sus puertas en 1972 para ofrecer un modelo de acogimiento residencial de carácter familiar a niños, niñas y adolescentes privados del cuidado parental. Desde entonces, ha sido el hogar en el que han crecido 483 chicos y chicas. Fue la primera Aldea Infantil SOS de toda España. A lo largo de estos 50 años, Aldeas Infantiles SOS en Cataluña ha ido ampliando su labor para dar respuesta a las necesidades cambiantes de la infancia, la juventud y las familias vulnerables, y alrededor de la Aldea se han creado Programas de Familias, Jóvenes, Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa, pisos para jóvenes tutelados y extutelados y cuatro Centros Abiertos.
En 1972, Aldeas Infantiles SOS en Cataluña renovó el concepto existente de acogimiento residencial que había en la época. En su Aldea de Sant Feliu de Codines crecían, en hogares con un ambiente familiar, cálido y afectivo, pequeños grupos de niños y niñas, principalmente hermanos, con educadores y educadoras que constituían figuras de referencia estables. La filosofía de la organización, que continúa intacta, ponía al niño o niña y sus características individuales en el centro y les ofrecía un apoyo incondicional, imprescindible para crear relaciones de apego seguro que les permitiera sentirse queridos, respetados y valiosos, y tener, en suma, un desarrollo emocional sano.
La persona detrás de este proyecto fue Montserrat Andreu, una mujer inquieta que realizaba labores de asistente social en el Hospital Sant Joan de Déu y viajó por Europa buscando referentes para crear un centro de atención a la infancia vulnerable en Barcelona. En Austria conoció a Herman Gmeiner, que dos décadas antes había creado Aldeas Infantiles SOS para ofrecer un hogar a los niños y niñas que habían quedado huérfanos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su modelo de acogida se fundamentaba en cuatro principios: acoger a grupos de hermanos completos, preservando sus vínculos; ofrecerles cariño sin condiciones, mediante cuidadores y cuidadoras permanentes; mantener números reducidos de niños y niñas creciendo al calor de cada hogar, que funciona como una unidad familiar; y configurar, entre todos los hogares, una comunidad educativa más amplia en la que poder establecer relaciones de ayuda mutua: la Aldea Infantil SOS.
Tras una experiencia piloto en 1967 con tres hogares en una masía del Tibidabo, cinco años después se inauguraría la que fue la primera Aldea Infantil SOS de España. Se trataba de una Aldea grande, de 12 hogares, que llegó a acoger a grupos de hasta diez hermanos. Fue remodelada en 2010 y hoy ofrece 45 plazas para niños, niñas y adolescentes de entre 3 y 18 años repartidas en cinco hogares. Además, cuenta con espacios comunes, zona recreativa, jardines, un huerto, invernadero y un proyecto de terapia asistida con animales. En sus 50 años de historia, la Aldea ha acogido a 483 niños, niñas y adolescentes.
La voz de los jóvenes habitantes se escucha en la Aldea. Ellos participan en la organización del hogar y deciden junto a sus educadores cuáles son las normas de convivencia. Cada uno de ellos contribuye, asimismo, a la elaboración de su Plan Educativo Individual, que es único y personalizado en función de las necesidades de cada cual.
La Aldea siempre ha vivido abierta a la comunidad. En los últimos años, se ha creado en sus instalaciones un aula de experimentación medioambiental a la que acuden los colegios de la zona. Y recientemente se ha terminado la construcción y equipamiento de un aula de cocina en una de las casas. De ambas se benefician tanto los niños y niñas de la Aldea como aquellos del entorno cercano.
Una atención integral
Alrededor de la Aldea se han ido desarrollando programas para abordar los retos que plantea el propósito de la organización de acompañar a los niños y niñas hasta que estén plenamente integrados en la sociedad: una residencia para adolescentes, pisos para mayores de edad y un punto de encuentro de orientación personal y laboral para los jóvenes.
Asimismo, la Aldea cuenta con un Programa de Intervención Familiar Especializado en el que se trabaja con las familias de los niños, niñas y adolescentes acogidos para reforzar las relaciones familiares, fortaleciendo los vínculos, asesorando, orientando y apoyando tanto a la familia como a su entorno, minimizando el impacto de la separación y proporcionando las competencias y habilidades necesarias para favorecer la reunificación familiar.
Aldeas Infantiles SOS en Cataluña ha ido ampliando su labor, desarrollando programas que dan respuesta a las necesidades cambiantes de la infancia, la adolescencia, la juventud y las familias en situación de vulnerabilidad. A día de hoy, la organización cuenta, además, con Programas de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa, de Jóvenes, cuatro Centros Abiertos y un Programa de Familias, que incluye un Servicio de Equinoterapia Social.
En 1993, Montserrat Andreu recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya en reconocimiento a su labor por la infancia en situación de vulnerabilidad.