Así son las nuevas ciudades para la infancia

Las zonas de juego y los espacios públicos, desde la perspectiva de la infancia, abren un abanico de posibilidades en las ciudades que van más allá del concepto de urbe que hoy conocemos.

Muchos de los espacios públicos de las ciudades se plantean pensando en cómo desarrollarán su vida las personas adultas. No obstante, esos lugares de ocio forman parte del desarrollo de los más pequeños que ahí habitan. Teniendo esto en cuenta nacen diversas investigaciones sobre el espacio urbano y la infancia que propician la creación de ciudades amables para los niños

El pedagogo italiano Francesco Tonucci en su proyecto ‘La ciudad de los niños’ – que comienza en 1991 – ya realizaba diversos estudios para ayudar a las administraciones locales a convertir a los niños y niñas en sujetos activos en el proceso de cambio de una ciudad. 

Según afirman desde este proyecto, “pedir a los alcaldes que, en lugar de utilizar al adulto,  utilicen al niño como parámetro de gobierno de la ciudad, significa invertir la ruta e intentar detener el proceso degenerativo que arremete contra el ambiente urbano”.

Crear ciudades amables para los niños

Las urbes preparadas para los niños, son entornos donde los mismos pueden encontrarse, divertirse y jugar. En estos espacios, suelen dar rienda suelta a su imaginación, relacionarse entre iguales, reforzar vínculos y también su propia autonomía. 

Pero para poder mejorar estos lugares hay que realizar un mapeo previo de las zonas que usan. Para conocer bien sus puntos de encuentro, es importante invitar a niños y niñas a hacer un diagnóstico para trabajar conjuntamente en el desarrollo de estos entornos.

Estos espacios, donde pueden sentirse completamente libres, también deben permitir:

  1. Amplias zonas de juego. Para Tonucci, una ciudad para los niños debe cumplir 2 premisas: que el espacio de juego en una ciudad sea la misma ciudad y “que no esté prohibido jugar y tener tiempo para jugar”.
  2. Patios abiertos. En este sentido, la investigadora Ana María Novela, habla sobre brindar la posibilidad de utilizar los patios escolares como puntos de juego para los pequeños también en fines de semana o vacaciones.
  3. Más zonas peatonales, que reduzcan el riesgo de atropellos y la facilidad de los niños para moverse en los barrios.
  4. Presencia de aceras amplias, parques y bancos.
  5. Implicar a la infancia en la creación de los entornos, tener en cuenta sus consejos y promover el codiseño de espacios públicos.

Este enfoque promueve, a su vez, ciudades más sostenibles y caminables no solo para los niños, también para adultos y personas mayores. Para conseguirlo, como determina Novela, no hay que anteponer los intereses económicos ante las necesidades básicas de la infancia: “No es casualidad que en las plazas los metros cuadrados de terrazas y se prohíban determinados juegos infantiles”.

La visión de los niños

La Convención Internacional sobre los derechos del Niños de Naciones Unidas (ONU) en 1989 ya estableció en su artículo 12 el derecho de los niños a expresar libremente su opinión y también a ser escuchados. Por este motivo, Aldeas Infantiles SOS, en sus programas de Educación en Valores, promueven las capacidades de los más pequeños para que se sientan ciudadanos responsables y justos.

Además, fomentan la participación infantil y juvenil para que consigan expresar sus opiniones, emociones y tomar decisiones tanto en su entorno familiar, como en la escuela o la sociedad en general. En este caso, destaca el programa Diputados por un día, en el cual los menores visitan los Parlamentos Autonómicos y plantean sus iniciativas ciudadanas.

Las ciudades amables para la infancia solo se conseguirán teniendo en cuenta el punto de vista de los niños. Pero, como determina el proyecto de Tonucci, el primer nivel que debe trabajar todas estas premisas es el normativo y jurídico: “La ciudad debe favorecer la posibilidad de jugar de los niños, sin limitar el juego ni prohibirlo, controlando que no haya prohibiciones ni limitaciones en los reglamentos de las comunidades de propietarios”.