Más de 200.000 personas atendidas en Ucrania por Aldeas Infantiles en 2022
Se cumple un año de la guerra de Ucrania y las hostilidades no cesan, lo que continúa provocando consecuencias devastadoras en una sociedad que quiere vivir en paz.
El 24 de febrero de 2021 quedará en la retina de los ucranianos y de todo el mundo. Hace ya un año que dio comienzo una guerra que ha dejado duras imágenes sobre hechos que creíamos que no podrían suceder: ataques, muertes, desapariciones… Desde el primer día, Aldeas Infantiles SOS ha estado apoyando a todos los afectados, ayudándoles a buscar un refugio y, por ende, a vivir.
Concretamente, el esfuerzo realizado por los profesionales de la organización, ha permitido que se puedan atender de forma directa e indirecta a 248.227 personas, de las cuales más de la mitad se encuentran en Ucrania y alrededor de 10.000 en otros países europeos.
En esta línea, las alianzas con las organizaciones que trabajan en zonas donde Aldeas Infantiles no puede llegar, son imprescindibles. Este trabajo conjunto ha ofrecido ayuda humanitaria a más de 55.000 afectados en lugares peligrosos -Zaporiyia, Mykolaiv, Járkov y Jersón-, muy afectados por el conflicto.
Heridas, desapariciones y muerte
Las cifras recogidas a partir de datos oficiales de Aldeas Infantiles SOS y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) demuestran que 17,7 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en el país; de ellos, 3,4 millones son menores de edad.
La prioridad de los 208 profesionales de Aldeas que trabajan actualmente en el país es cubrir las necesidades básicas de los afectados. Los cortes generalizados de energía o agua son una constante, lo que condiciona la vida de personas que ya se encuentran en situación de gran vulnerabilidad.
A todo esto se suma un nuevo factor: la llegada del invierno, obligándoles a convivir con temperaturas que llegan a descender hasta los – 20ºC. Por eso, la organización está desarrollando actividades de preparación para el invierno, donde se distribuyen sacos de dormir, termos y otros artículos para hacer frente al frío.
Además, en este último año, 864 niños han resultado heridos. Por este motivo, Aldeas Infantiles ha desplegado un programa de rehabilitación para la infancia herida por la guerra, que ha permitido atender a 240 niños y a 382 familiares. Desafortunadamente, otros han desaparecido, se desconoce su paradero (332 niños). No obstante, las consecuencias van más allá: 450 niños y niñas han muerto a causa de esta guerra en 2022.
Ayuda ofrecida a las familias ucranianas
La situación de emergencia en la que continúa sumido el país ha hecho que la organización siga poniendo el foco en la evacuación y el refugio temporal. Apoyar a las familias a salir del horror y a encontrar un nuevo hogar es determinante: “Proporcionamos apoyo psicológico de emergencia, comida, agua, artículos de higiene y artículos no alimentarios para hacer frente al invierno”, cuentan los equipos. También 17.627 personas se beneficiaron de los servicios de salud mental y apoyo psicosocial. Esta asistencia se desarrolla en los diferentes centros de Aldeas Infantiles, donde los profesionales se centran, sobre todo, en la reducción de la ansiedad, la superación de los traumas generados por la guerra y trastornos relacionados con el estrés.
Cuando las personas finalmente adquieren más independencia y seguridad se les otorga ayuda en efectivo y material para que puedan salir adelante por sí mismos. Un conflicto provoca cierta vulnerabilidad que influye directamente en la autoestima de las familias, por lo que es importante que sientan que, de nuevo, pueden volver a gestionar su vida. Y la ayuda en efectivo facilita esto.
450 niños y niñas han muerto a causa de esta guerra en 2022
La infancia que huye del conflicto
Más de cinco millones de niños ucranianos se han visto obligados a desplazarse dentro o fuera de su país durante 2022. Desde la organización resaltan que “en estos desplazamientos se enfrentan a un riesgo extremo de separación de sus familias, pérdida de seres queridos y violencia. La peor parte la llevan aquellos que viajan solos o separados de sus familias”.
Luka, un niño de 7 años atendido por Aldeas Infantiles cuenta cómo fue huir de Ucrania a los centros de acogida en Polonia: “Había muchos padres y niños despidiéndose y llorando. Yo no he visto nunca a mi padre, pero me hizo llorar pensar que ellos tampoco lo verían más”.
Cada semana llegan familias y niños solos a países limítrofes como Polonia, Hungría, Moldavia y Rumanía. Así lo narraba Rodica Marinoiu, directora de la Aldea de Hemeius en Bacau (Rumanía): “Tengo mi propio hijo y muchos más niños en nuestros programas. Todos ellos son nuestros hijos y queremos que crezcan con un fuerte sentido de responsabilidad social. Para ello, tenemos que ser parte de la solución”.
Para asegurar el bienestar psicológico de los menores, la organización ha realizado actividades grupales durante periodos de 14. Esta labor tiene el objetivo de apoyar a los que se han trasladado desde territorios desocupados -Zaporiyia o Jersón- o que sobrevivieron a la ocupación -Járkov, Kiev y Chernihiv-.
En 2023 Aldeas Infantiles SOS refuerza su trabajo
Las palabras de William Shakespeare, “no basta con levantar al débil, hay que sostenerlo después”, define el trabajo de Aldeas Infantiles en Ucrania. La ayuda que se ofreció en 2021 debe continuar en 2023, siempre bajo la premisa de que los niños y sus familias reciban el apoyo adecuado para reducir el sufrimiento.
La prioridad son las familias de acogida y más vulnerables (monoparentales y numerosas) y niños severamente traumatizados por los efectos de la guerra. Concretamente, la ayuda directa se lleva a cabo en las regiones de Kiev, Chernihiv, Poltava, Lviv, Ivano-Frankivsk, Zakarpattya y Chernivtsi. Sin embargo, mantienen que se irá ampliando siempre acorde a las necesidades de todas las personas.