Cómo ayudar a gestionar la ansiedad de tus hijos

La salud mental es la gran olvidada, pero es uno de los pilares sobre el que se cimenta el crecimiento de los más pequeños.
Existen muchos estímulos a los que son sometidos diariamente los niños y niñas, y que pueden llegar a provocar un grave problema de ansiedad. No es algo ligado de forma estricta a un rango de edad, porque la realidad dicta que cualquier menor puede ver afectada su salud mental.
Pese al incremento en la concienciación, se sigue dando mayor importancia al bienestar físico. Un informe de InfoCop descubre que, cerca de un 30% de niños, niñas y adolescentes llegará a cumplir las características que supone un trastorno de ansiedad, y que un 80% de los mismos no recibirá nunca ayuda. Un dato revelador que nos permite observar cómo han aumentado los casos de depresión y ansiedad entre adolescentes y niños.
Síntomas de ansiedad en niños
Su definición clínica es: estado mental caracterizado por una excitación e inquietud que no se puede gestionar y que terminará por condicionar el comportamiento. Lo más habitual es que el menor acabe encerrándose en sí mismo o que no sepa manejar su frustración por la ausencia de recursos y herramientas. En caso de no tratarse, derivará en problemas mucho más graves como trastornos de depresión o incluso intentos de suicidio. Algunos de los principales síntomas que se pueden detectar son:
- Nerviosismo. Cuando un niño comienza a notar una aceleración anómala en sus latidos o incluso en su respiración, se pondrá más nervioso y esto provocará que la situación se vuelva aún más grave y complicada. La hiperventilación o el mareo puede incluso terminar en un desmayo.
- Tensión muscular. Uno de los mecanismos de defensa natural del cuerpo ante el estrés y la presión es el agarrotamiento muscular.
- Dolores constantes (estómago, heridas). Alguna vez habrás escuchado la expresión “se me han agarrado los nervios al estómago”, la angustia por norma general se manifiesta en esa zona. Además, comenzarán a aparecer patologías cutáneas como la urticaria; muchas veces responsables del malestar general.
- Autoestima insuficiente. Falta de confianza en sí mismo porque presiente que algo no va como debería. Puede que la falta de autoestima venga alimentada por vejaciones en el colegio o incluso por rachas donde sus resultados académicos son poco brillantes.
- Imposibilidad para concentrarse. Le cuesta mucho realizar los deberes o realizar tareas que requieren concentración durante largos períodos de tiempo.
- Tics. Gestos que se repiten de forma maniática y no pueden cesar. Reflejan el nerviosismo interno que sufre el niño.
La alta exposición social, las dificultades que pueden encontrar en la escuela o las relaciones internas en las familias, pueden ser problemas que perduren en el tiempo y generen una situación de estrés constante en nuestros menores obligándoles a mantenerse en alerta.
Ayuda a gestionar la ansiedad de tus hijos
La ansiedad es, muchas veces, un asunto difícil de gestionar y complicado de encarar. Cuanto más se mantengan los momentos de estrés, mayor será la dificultad de gestión de una situación de este estilo. Existen algunos gestos que te permitirán acompañar a tu hijo o hija y ayudarle a gestionar los malos pensamientos de su mente:
- Averigua cuál puede ser la causa del estrés. El menor no será capaz de detectar por su cuenta el origen, por eso es importante que te involucres y encuentres junto a él cuál es el motivo de los síntomas de estrés.
- Ayúdale a encontrar momentos de calma. Estructurar su rutina creando momentos de relajación donde se alejen del estrés y encuentren actividades que le despejen la mente.
- Da importancia a su autoestima. Refuerza positivamente su mente haciéndole recordar los logros que ha conseguido. Motiva al pequeño y prepárale para situaciones futuras.
- Haz que se exprese y te ayude a entender cómo se siente. Los problemas que pueden parecernos a simple vista irrelevantes, para ellos pueden ser una gran causa de estrés; es importante atenderlos y tratar de ponerles remedio.
- Crea un ambiente seguro. Transmítele confianza y haz que se sienta apoyado en todo momento.
- Invítale a que pida ayuda. Puede que por distintas razones no se sienta cómodo haciéndolo. El primer paso es hacer entender que no es algo malo y que siempre que lo necesite debe pedir ayuda.
En Aldeas Infantiles SOS trabajamos para que la infancia pueda desarrollarse en un entorno apto para ello. Nuestro equipo de psicólogos protege su autoestima y refuerza el bienestar de los niños y niñas cuidando de su salud mental.
Sabemos que el 40% de los trastornos mentales se manifiesta antes de los 14 años, pero muchas veces ni se detectan ni son diagnosticados. Son especialmente nocivos en los niños, niñas y adolescentes de las familias vulnerables. Por ello, queremos convertir la salud mental en un derecho fundamental, pero la responsabilidad es algo que depende de toda la sociedad.