Cómo intervenir en las peleas entre hermanos
La rivalidad o dificultades para compartir juguetes son muchas veces la causa de peleas entre hermanos. Esto supone un motivo de estrés para muchas familias. En ‘Cosas de niños’ hablamos sobre cómo afrontarlo.
¿Tienes hermanos o hermanas? ¿Alguna vez te has peleado con ellos? Existe una infinidad de razones por las que suelen iniciarse conflictos entre hermanos. Seguro que también te ha pasado. Vivir esas experiencias ayudan, en gran medida, a las familias a mediar en este tipo de peleas, aunque llegado el momento muchos se preguntan: ¿es mejor intervenir o que lo resuelvan solos?
En este sentido, el profesor y logopeda Alejandro Cano explica que las emociones y el carácter de cada uno tiene mucho que ver en estos conflictos: “Las emociones están íntimamente relacionadas con el temperamento, una serie de conductas innatas en respuesta a los estímulos del medio”.
Para este profesional, los hermanos se parecen más que “dos personas sin vínculo socioafectivo” y serán esas diferencias en los rasgos de temperamento los que influyan en su relación. No más lejos de la realidad, esas discusiones también les permitirán aprender sobre límites y les darán herramientas para afrontar situaciones de este tipo.
Motivos de discusiones entre hermanos
Vivir bajo el mismo techo durante tantos años, compartir recursos y tiempo de ocio hace que las disputas entre hermanos sean frecuentes. Esto puede suponer un motivo de estrés para los padres o familiares. Existen muchos motivos por los que puede iniciarse una pelea, entre ellos:
- Rivalidad. La rivalidad entre hermanos suele verse como algo sin importancia pero a veces tiene graves consecuencias. Esta rivalidad aparece, sobre todo, cuando la diferencia de edad es menor a 2 años.
- Atención de sus padres. Cuando las familias crecen y un hermano mayor da la bienvenida a un bebé que necesita mayores cuidados, pueden aparecer los celos. Necesitan sentir que ellos siguen siendo importantes para sus padres.
- Compartir juguetes o espacios. Normalmente ambos quieren marcar su territorio o mostrar su posesión sobre un objeto. En ocasiones, esto provoca que quieran ser los únicos propietarios de aquello que tienen en común.
- La predisposición a imitar. ¿Has escuchado hablar sobre las neuronas espejo? Son aquellas que se activan cuando una persona realiza una acción o cuando contempla a otra realizando esta misma acción. Los niños aprenden de esa observación, por lo que, muchas veces, tienden a imitar acciones o actitudes de adultos que no son del todo correctas como agresiones físicas o verbales.
Cómo intervenir en las peleas entre hermanos
- Conocer el motivo del conflicto
Solo conociendo la raíz de la pelea podrás saber qué les ha llevado a esa situación: quizás quieran llamar la atención de los padres. Es importante observar cuándo se producen y conocer qué las desencadenan para así establecer unas normas.
- Predicar con el ejemplo
El logopeda Alejandro Cano explica que para evitar estas conductas, los padres deben “actuar ante los hijos de la manera en la que nos gustaría que ellos actuaran cuando se relacionan entre sí”. Evita las expresiones negativas o discusiones delante de ellos. Y, sobre todo, mantén la calma ante este tipo de situaciones.
- Reforzar habilidades empáticas
Enseñarles a ser empáticos con los demás puede ayudarles a obtener herramientas para solucionar conflictos. Aunque, en estos casos, Cano indica que “es a partir de los 6–7 años cuando los niños comienzan a ser capaces ponerse en el lugar del otro de forma consistente”.
Aunque este profesional destaca que cuando haya pasado la fase de ira tras la pelea, los padres pueden explicar a los hermanos que las cosas no sucedieron con mala intención, y pone un ejemplo: “¿Recuerdas cuando la semana pasada cerraste la puerta y tu hermano pequeño venía detrás y se golpeó? Tú no le querías hacer daño, a veces metemos la pata sin querer” o “¿Cómo crees que puede sentirse ahora tu hermano?”.
- Validar sus emociones
Acepta sus sentimientos, la tristeza o la ira no tienen por qué ser negativas. Para que ellos puedan aceptar, reconocer y solucionar lo que sucede, es necesario que los padres les hagan entenderlo. Muchas veces, en lugar de intervenir directamente, es mejor esperar a que consigan calmarse.
Es probable que la relación entre hermanos dure más tiempo que cualquier otra. Y aunque, en ocasiones, las discusiones entre ellos provocan una situación incómoda, los beneficios que se aportan mutuamente son infinitos. Por este motivo, desde Aldeas Infantiles trabajamos para garantizar el bienestar de los hermanos que se encuentran en el sistema de protección. Queremos que, aunque hayan perdido -gran parte o en su totalidad- el cuidado parental, puedan permanecer juntos. Porque los hermanos son un gran apoyo.