¿Qué hace que los niños sean tan alegres?
Hoy es el día Mundial de la Alegría y desde Aldeas Infantiles SOS queremos conversar sobre la importancia de despertar este sentimiento en la infancia.
Cuando compartimos tiempo con niños y niñas vemos en ellos una vitalidad innata. Es inevitable preguntarse: ¿qué hace que los niños sean tan alegres? La alegría es un sentimiento positivo que se manifiesta a través de un buen estado de ánimo, satisfacción y tendencia a la risa o la sonrisa. Por eso, en el Día Mundial de la Alegría hablamos sobre aquello que hace a la infancia más alegre.
¿Son más felices los niños que los adultos?
Muchas veces nos cuestionamos si los niños son más alegres o viven más felices que los adultos, ¿esto es cierto? La verdad es que la mayoría de la infancia convive con menos preocupaciones que un adulto. No obstante, muchos niños atraviesan situaciones complicadas que también pueden influir en su felicidad.
Los menores de edad, sobre todo los más pequeños, suelen comenzar el día con más alegría, afrontando los nuevos retos siempre sin miedo. En esto, los adultos suelen ser más observadores, debido a la carga de responsabilidades y la experiencia. Al final, ser más o menos alegre, no depende de la edad, sino de la actitud y de las circunstancias externas que influyen en la rutina de cada persona.
¿Qué hace a la infancia más alegre?
El misterio de la alegría en los niños seguirá siéndolo por mucho tiempo. No existen reglas que determinen con exactitud qué es lo que hace más o menos feliz a la infancia. Pero hay una serie de acciones o actitudes que pueden influir en su estado de ánimo.
En Aldeas Infantiles SOS velamos para garantizar los derechos de la infancia y disfrute de su niñez como lo que son: niños. Por eso, para que lleven una vida alegre y superen las adversidades a las que se enfrentan cuando atraviesan situaciones de riesgo, realizamos con ellos múltiples actividades que cuidan su salud mental. Entonces, ¿qué debo tener en cuenta para fomentar el sentimiento de alegría en la infancia?
- Promueve la empatía para que compartan emociones con los demás y puedan entenderlos mejor.
- Enseña a los niños a expresar sus emociones para que nos les dé miedo reconocer sus sentimientos en cualquier momento.
- Organiza tiempos de juego junto a ellos, pues el juego influye en su desarrollo físico y emocional.
- Valora sus logros para que se sientan apreciados.
- Ayúdalos a adquirir más autonomía. Esto les dará más seguridad y confianza, aprendiendo a ser más independientes.
Además, en ocasiones, la alegría emana de aquellas cosas que suceden de imprevisto. Ya lo dijo Sófocles: “La alegría más grande es la inesperada”, así que lánzate a innovar y sorprender a los pequeños con aquellas cosas que les hacen felices: como un nuevo juego de mesa en familia o una excursión en plena naturaleza. No olvides que todo lo que supone explorar, conocer y moverse aporta motivación y conocimiento.
Trabaja esta emoción en casa
Los niños y niñas no siempre son capaces de expresar esta emoción con facilidad. Por lo que es importante que las familias conozcan cómo facilitar que los pequeños expresen alegría en casa o fuera de ella, teniendo en cuenta las diferentes situaciones a las que podrán enfrentarse en un futuro.
En este sentido, trabajar la inteligencia emocional es importante. La inteligencia emocional es la capacidad que tienen los individuos para reconocer sus emociones y las de los demás. Saber diferenciar cada una de ellas les ayudará a actuar, pensar y ajustar las emociones en cada momento.
Esto puede trabajarse en momentos de convivencia, como puede ser la hora de la comida o la cena, donde se pueden compartir esas emociones y situaciones que cada miembro de la familia ha vivido durante el día. También es importante enseñarles a valorar los pequeños detalles que aparecen diariamente. Y, no obligar a sonreír en todo momento, las emociones como la tristeza o sentimientos como el enfado también son válidos. Simplemente, hay que aprender a gestionarlos.