Parentalidad positiva: consejos y beneficios

Tips para una educación basada en el respeto y libre de castigos
El núcleo familiar y el hogar en el que crecen los niños es fundamental para su desarrollo, su bienestar, salud mental y determina, en gran medida, cómo será su personalidad. De hecho, los psicólogos insisten en que la infancia es la etapa vital más importante, es en ella dónde se forja su personalidad y comportamiento.
Por eso, la educación por parte de los padres para que los niños crezcan libres de castigo, tanto físico, como mental y emocional es esencial. La parentalidad positiva habla, precisamente, de cómo educar a las niñas, niños y adolescentes sin hacer uso de la violencia. Pero, ¿qué es exactamente y cómo puede ayudar a los padres a la hora de educar a sus hijos? ¿Cuáles son sus beneficios?
Qué es la parentalidad positiva
Según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en un informe elaborado con la colaboración del Ministerio de Sanidad y Política Social del Gobierno de España, la parentalidad positiva se refiere “al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”.
Por tanto se trata de respetar los derechos de las niñas, niños y adolescentes y practicar una educación basada en el amor y el cariño, sin recurrir a castigos físicos, mentales y/o emocionales y libre de cualquier tipo de violencia, sustentado en una serie de principios, que te explicamos a continuación.
Consejos para ejercer una parentalidad positiva
Esta forma de educar o modelo de crianza tiene una serie de pilares que explican cómo la parentalidad positiva favorece el desarrollo adecuado en los niños y fomentan su bienestar físico y mental:
- Vínculos afectivos basados en la protección y estabilidad. Éstos tienen la función de lograr que los niños se sientan aceptados, queridos y sostenidos por sus padres, de forma que su hogar y núcleo familiar sean un espacio de seguridad y estabilidad.
- Entorno y rutinas estructuradas. Los padres ofrecen guía y orientación a sus hijos para que aprendan normas y valores.
- Apoyo y motivación de sus capacidades. Estimular a los niños y apoyarlos de forma que se les ayude a incrementar su motivación y confianza en sus propias capacidades y habilidades, reconociendo sus avances y logros, así como acompañarles en sus aprendizajes.
- Reconocer sus valores y validar sus emociones. Mostrar interés por el mundo de los menores, validar y legitimar sus sentimientos, emociones y experiencias para que sientan que son aceptados, apoyados y queridos por sus padres, de modo que se les ayude a encontrar soluciones, y responder a sus necesidades.
- Capacitación y escucha. Destacar la importancia de crear espacios de escucha activa en el seno familiar, interpretación y reflexión de los mensajes del entorno que rodea al menor: escuela, comunidad, medios de comunicación. Por otra parte, plantea la necesidad de transmitir a los niños su capacidad de cambio e influencia positiva en la sociedad.
Beneficios de la parentalidad positiva
La parentalidad positiva tiene múltiples beneficios, fundamentalmente para los menores, al ser criados en un hogar donde el respeto, el amor, la escucha, los valores y el apoyo son los protagonistas.
- Se sentirán amados, aceptados y protegidos, creciendo en un entorno equilibrado y estable.
- Fomenta su autoestima y confianza interna.
- Les ayudará a establecer límites de forma asertiva y amables consigo mismos y con los demás, de manera que se vincularán con otras personas de forma sana.
Si bien los principales beneficiados son los menores, el practicar y ejercer la parentalidad positiva también ayudará a los padres porque mejorará el vínculo con sus hijos y esto aumentará el equilibrio y la armonía en el hogar, haciendo de él un espacio en el que tanto padres como hijos se puedan sentir seguros y a gusto.
Las acciones para proteger a la infancia y a la adolescencia en Aldeas
Desde Aldeas Infantiles SOS somos conscientes de los beneficios que supone para las niñas, niños y adolescentes crecer en un hogar donde son educados con respeto, cariño y sensibilidad. Por eso, contamos con las Residencias de Jóvenes y los Centros de Primera Acogida para aquellos que no pueden vivir con sus padres y madres. También fortalecemos familias en riesgo, realizando sesiones individuales y grupales en las que se trabaja la parentalidad positiva.
Nuestro objetivo es lograr que las niñas, niños y adolescentes tengan sus necesidades mentales y emocionales cubiertas, fortalecer su autoestima y sus habilidades, sea cual sea su hogar y sus circunstancias económicas, sociales o familiares. Todos los niños merecen crecer en un entorno seguro, estable y donde se sientan protegidos para que su desarrollo y su bienestar sean adecuados.