Jorge Tejero (Programa Jóvenes): “Las personas buenas y con valores tienen abiertas muchas puertas”

Desde el alma de Aldeas Canarias, Jorge Tejero, director del Programa Jóvenes, cuenta su experiencia y nos habla de algunos proyectos

28 años es exactamente el tiempo que nuestro protagonista lleva trabajando en Aldeas Infantiles SOS. Su historia muestra, sin duda, la esencia de esta organización. Comenzó como mantenedor de la Aldea de Tenerife. Por cierto, llamamos mantenedor a aquellas personas que se dedican a cuidar las Aldeas, para que los niños y niñas crezcan en el mejor entorno posible. Ahora, tras años de formación y trabajo, Jorge es director del Programa de Jóvenes.

Todo comenzó cuando se instaló con su mujer en aquella Aldea de Tenerife. Pasaron los años y formó una familia. Sus tres hijos nacieron y se criaron allí: “En cierta manera, Aldeas Infantiles SOS ha sido mi vida, donde he crecido tanto personal como profesionalmente”, detalla Jorge.

El programa que ahora dirige es esencial para que los jóvenes puedan vivir de manera autónoma, favoreciendo su integración social y laboral. Jorge lo define como “una oportunidad para continuar el trabajo que se ha hecho previamente en prevención con menores”. Y confiesa que, para desempeñar su labor, la presencia, la cercanía y la empatía son prioritarias: “Hay que entender lo que han vivido para que cuando lleguen a la mayoría de edad con esa mochila, se hayan liberado muchas de esas piedras”.

Con este programa también se pretende que los jóvenes, al cumplir los 18 años, salgan del sistema de protección respaldados y acompañados en este nuevo camino: “Estamos con ellos para que consigan sus objetivos. Tienen nuestro apoyo incondicional para que sepan que tienen la oportunidad de contar con nosostros”, explica el profesional.

Los proyectos del Programa de Jóvenes en Canarias

El director menciona los 4 proyectos clave sobre los que se sostiene este programa: tránsito a la vida adulta, autonomía, servicio de empleo y emancipación. Así, el objetivo es siempre el mismo: acompañar a los jóvenes en su proceso de desarrollo, capacitándolos para conseguir su integración social y laboral hasta alcanzar su autonomía personal.

Desde los 16 años se trabaja el tránsito a la vida adulta con los adolescentes de Aldeas Infantiles SOS, tanto con los que viven en las Aldeas, como con los que acuden a los Centros de Día o a otros programas. Jorge destaca la importancia de esto, sobre todo, en los jóvenes de las residencias: “Queremos que cuando lleguen a la mayoría de edad no sientan que están frente a un abismo, sino que sea un tránsito normalizado con alternativas claras de futuro”. Este acompañamiento se establece según las necesidades y objetivos individuales de cada joven, siempre cuidando y poniendo en el centro a las personas.

La autonomía es otro de los pilares esenciales del programa. En Canarias hay actualmente 24 jóvenes que se encuentra en esta fase. Normalmente, el proyecto de autonomía permite que vivan solos y se desarrollen de forma independiente.

Y es que este período les ayuda a decidir cómo quieren vivir en el futuro. Además, Jorge asegura que para el equipo “lo más importante es que se desarrollen como personas”. Al final, continúa, “las personas con valores tienen abierta muchas puertas, pero si además va acompañada con una formación, mejor”.

El servicio de empleo es el último paso para la independencia económica de los jóvenes. Los acompañan y preparan para lanzarse a este nuevo reto. Cuando finalmente muchos se emancipan y ya no dependen económicamente de Aldeas, continúan teniendo contacto con los profesionales. Jorge comenta: “El programa está abierto siempre para aquellas demandas que nos soliciten”. Orgulloso, habla de una joven -ahora ya mujer de 44 años- que pertenece al programa, en la fase de emancipados, y con quien aún mantiene el contacto: “Formamos parte de su vida y hemos sido padrinos de alguno de sus hijos”.

A veces, no todo sale bien

Sin embargo, a veces las cosas no salen como queremos. Por eso, Jorge habla del proyecto “Contigo”, que nació cuando el equipo se dio cuenta de que había un porcentaje de jóvenes que, por diferentes circunstancias, no consiguieron los objetivos que se habían propuesto.

Algunos de ellos viven situaciones difíciles. Entonces: “en lugar de que ellos se acerquen, nosotros nos acercamos sin juicios de valor”, describe. Y añade: “Queremos que ellos sepan que puedan tener otra vida o retomar algo que, en su momento, por las circunstancias que sean, no pudieron hacer”.

El mayor reto de Jorge

Después de casi 30 años, este profesional se ha enfrentado a numerosas adversidades. Pero cuenta que su mayor reto es: “seguir creciendo y buscando alternativas, ya que cada joven es único y para ello necesita un programa adaptado a sus necesidades y proyecto de vida”. Todavía le quedan muchos retos por afrontar y aventuras por vivir. Aldeas seguirá siendo su hogar durante muchos años.