Un año desde que el ciclón Idai azotara el país
La madrugada del 14 al 15 de marzo de 2019, el ciclón Idai tocaba tierra cerca de la ciudad costera de Beira, en Mozambique, sembrando el caos y la destrucción a su paso. Aldeas, que trabaja con la infancia más vulnerable y sus familias en el país africano desde 1987, lanzó entonces un Programa de Emergencia para dar respuesta a las necesidades de la población. Un año después, la organización hace balance y recuerda que comunidades enteras continúan necesitando apoyo.
Gracias a su Programa de Emergencia, la organización ha acogido en este tiempo a 200 niños y niñas en alojamientos temporales en Beira, que también han podido participar en los Espacios Amigos de los Niños, donde además de encontrar un lugar en el que jugar y aprender, han recibido apoyo psicológico.
Además, la organización ha distribuido 2.900 paquetes de alimentos y artículos de higiene en 500 hogares (incluían arroz, aceite, azúcar, sal, kits para potabilizar el agua, jabón, detergente, productos para la higiene íntima femenina, cepillos de dientes y pasta de dientes). Al ayudar a las familias, los menores pudieron ir a la escuela en lugar de verse obligados a buscar comida.
Aldeas también ha ofrecido apoyo psicosocial a más de 500 familias; ha apoyado en la construcción de dos aulas provisionales y en la reconstrucción de una escuela para que 3.900 niños y niñas pudiesen continuar yendo a clase; y ha repartido semillas y herramientas agrícolas básicas a 200 familias para cultivar alimentos para el consumo con el fin de restablecer los mecanismos de subsistencia. Estas familias también recibieron apoyo individualizado basado en las necesidades específicas de cada familia.
Las consecuencias del ciclón
Un millón de niños y niñas necesitaron ayuda humanitaria a consecuencia del desastre. Las lluvias torrenciales y los fuertes vientos dejaron a más de 146.000 personas sin hogar, más de 700 muertos, miles de desaparecidos y más de 200.000 casas dañadas o completamente destruidas.
A pocas semanas de la cosecha, 711.000 hectáreas de cultivos se vieron afectadas en un país en el que, ya antes del ciclón, el 43% de los niños y las niñas sufrían retraso en el crecimiento o desnutrición crónica. La destrucción afectó también a las escuelas y supuso la interrupción de la educación de 305.000 niños y niñas.
Aldeas Infantiles SOS trabaja en Mozambique desde 1987, donde cuenta con programas de protección, prevención y jóvenes en Beira, Chimoio, Inhambane, Maputo, Pemba y Tete.