Aldeas brinda su apoyo a las familias afectadas en Gran Canaria
El incendio que comenzó el pasado sábado en Gran Canaria ha obligado a desalojar a cerca de 9.000 personas y ha calcinado ya 10.000 hectáreas. Después de tres días de intensa lucha contra las llamas la preocupación principal sigue siendo el parque natural de Tamadaba. Un suceso devastador ya que es considerado el pulmón verde de la isla. Este incendio es el segundo que sufre Gran Canaria este verano. El último arrasó 1.500 hectáreas en Artenara a principios de agosto.
Aldeas Infantiles SOS lamenta el trágico incidente y recuerda que las consecuencias sobrepasarán las puramente medioambientales. Además de las superficies quemadas y de la contaminación, la economía de las familias de la zona puede verse dañada. Junto a ella, sus actividades y recursos pueden quedar muy dañados. Esto ocurrirá especialmente en el caso de las familias que vivan de la pesca o el turismo.
““Nos preocupan las consecuencias sociales generadas por esta catástrofe. Cientos de familias y de niños en Gran Canaria se verán afectados a medio plazo”, señala el director territorial de Aldeas en Canarias, Javier Perdomo.”
Aldeas está presente en Canarias desde el año 1992 y manifiesta su solidaridad con los vecinos y con los afectados. La labor de la organización comenzó hace 27 años ofreciendo un hogar a niños privados del cuidado de sus padres. Primero lo hizo desde su Aldea de Tenerife, a la que se sumó, tres años después, la de Gran Canaria. Desde entonces, Aldeas ha ampliado sus programas y servicios en Canarias para prevenir la separación de padres e hijos y fortalecer a las familias que lo necesitan, así como para acompañar a niños y jóvenes y favorecer su autonomía y su integración en la sociedad.
Apoyamos cada año en las islas a más de 1.200 niños y jóvenes y conocemos su realidad. Por ello, prevemos que este incendio provoque que muchas más familias queden en situación de riesgo y necesiten apoyo. Aldeas se pone al servicio de las autoridades y apela a la solidaridad de la población para ayudar a los afectadas.