
Delal imagina este lugar para hacer frente a los recuerdos del día en el que todos escaparon de un bombardeo que hubo en su barrio. Caminaron durante siete días sin comida y bebían agua de la única botella que tenían.
Delal aprendió a imaginar un espacio seguro gracias a Aldeas, ubicados en el campamento para desplazados internos en Dohuk (Siria). Los voluntarios les enseñan a los niños formas de enfrentarse a sus propios miedos cuando tienen flashbacks.

Dos niñas andando por el campo de refugiados
Desde el lanzamiento del programa en septiembre de 2016, el equipo ha ayudado a más de 1.500 niños y 1.300 adultos, además de impactar indirectamente a casi 150.000 personas.
No todos los niños y padres están listos para enfrentarse a las experiencias traumáticas que han experimentado. “A veces encontramos dificultades con los padres, no nos cuentan los comportamientos inusuales de sus hijos porque temen ser juzgados”.
La familia de Delal se ha unido también al programa, y todos ellos están mucho mejor ahora que han completado el curso de asesoramiento. Pueden reconocer cuándo les supera el miedo y pedir ayuda, hablar sobre sus experiencias con sus familias y amigos y expresar sus sentimientos.

Consejero psicosocial de Aldeas Infantiles SOS en Irak.