“La imaginación juega un papel muy importante en la superación del trauma”

Testimonios

Olha Penzur es psicóloga del Programa de Fortalecimiento Familiar Aldeas Infantiles SOS en Kiev. Comenzó su trayectoria profesional en la organización en 2006 como formadora de especialistas en cuidado de jóvenes. En 2008 pasó a trabajar como pedagoga social en el Programa de Fortalecimiento Familiar y, en paralelo, cursó Psicología como segunda carrera universitaria. Desde que finalizó sus estudios, trabaja como psicóloga en el mismo programa.

En esta entrevista, Olha habla de su trabajo y de las necesidades actuales de los niños, las niñas y las familias en Ucrania.

¿A qué personas atendéis en el Programa de Fortalecimiento Familiar de Kiev y cuáles son tus principales tareas como psicóloga ?

Trabajamos con familias que viven en circunstancias difíciles, algunas se han visto desplazadas dentro del país, otras han vivido bajo la ocupación rusa y, en general, con todos aquellos niños, niñas y familias afectados por la guerra y que necesitan ayuda.

Proporciono terapia individual y grupal para padres, niños y niñas. Paso la mitad del día evaluando sus necesidades y la otra mitad en sesiones de terapia.

En este momento, en el Programa de Fortalecimiento Familiar de Kiev trabajamos con 366 familias y 706 niños y niñas, el doble de las personas que atendíamos hace un año.

¿Cómo están los niños y las niñas con los que trabajáis y qué necesidades tienen?

Los niños y las niñas necesitan adaptarse a su nueva realidad y a un entorno desconocido. También requieren apoyo psicosocial para hacer frente a sus ansiedades. Los ejercicios físicos y respiratorios dirigidos a la relajación reducen sus niveles de estrés y alivian la presión que sienten.

Presentan cambios de comportamiento que se manifiestan a través de dos reacciones totalmente opuestas. Una es el estado de bloqueo, los niños se retraen y se encierran en sí mismos, dejando de tener o reduciendo las interacciones con sus compañeros y sus padres. La otra es un estado de hiperactividad, de histeria: no pueden controlar sus emociones, sufren cambios de humor rápidos y frecuentes, problemas para dormir, etc. Ambos estados tienen expresiones físicas, no solo emocionales.

Por ejemplo, la madre de un niño de doce años notó cambios en su comportamiento. El niño comenzó a bloquearse a mitad de sus movimientos, hacía todo a un ritmo mucho más lento y, a menudo, olvidaba cosas. El niño también se preocupaba en exceso por su madre y su salud. Esta familia había huido de la guerra de la región de Donetsk. Su nivel de estrés y ansiedad era tan alto que le resultaba difícil escoger objetos simples durante la terapia. Su imaginación se hizo añicos, y la imaginación juega un papel muy importante en la superación del trauma.

Comenzamos a trabajar con él para liberar sus emociones. El primer paso fueron los ejercicios de respiración, que dieron resultados positivos y nos permitieron continuar con otros métodos. Ahora se encuentra mucho mejor.

¿Cómo se pueden abordar adecuadamente los problemas relacionados con la guerra a los que se enfrentan los niños y las niñas y cuánto tiempo llevará?

La terapia especializada es crucial y no solo de forma directa sino también a través del apoyo a sus padres. Necesitamos ayudar a padres, madres y cuidadores a estabilizarse. La ansiedad, el estrés y la presión solo se pueden superar con un apoyo constante y estable. Si los niños y las niñas tienen adultos estables a su alrededor, podrán recuperarse más rápido.

Los niños y las niñas también necesitan experimentar el regreso de vivencias familiares y comunes a sus vidas, como las interacciones sociales en la escuela, sus diversas actividades extraescolares, juegos, tiempo libre, etc. Todo ello les ayuda a ser niños y niñas nuevamente, a sentir y disfrutar plenamente su infancia.

Es imposible decir con certeza cuánto tiempo lleva el proceso de curación. La experiencia de Aldeas Infantiles SOS en la región de Lugansk [donde fuimos una de las pocas organizaciones que siguió ayudando a niños, niñas y familias desde el estallido de la guerra en el este de Ucrania en 2014] demostró que incluso cuando no hay combates activos, los niños y las niñas experimentan muchas dificultades de desarrollo y comportamiento. Las guerras tienen consecuencias devastadoras, y los niños y niñas son los que más las sufren.

¿Cuáles son las necesidades de los padres, madres y cuidadores con los que trabajáis?

Durante los primeros meses de la invasión a gran escala, los adultos estaban muy concentrados en sobrevivir y en cubrir las necesidades básicas de sus hijos e hijas. Podemos decir que se bloquearon en este estado y su vida ahora está en espera. Es preciso apoyarlos para que salgan de esta fase y superen sus miedos.

Los problemas más comunes son la búsqueda de formas de adaptarse a la situación, el miedo al futuro, la necesidad de superar las pérdidas y cómo vivir en condiciones impredecibles que no pueden controlar. A veces, los adultos carecen de información sobre las formas de obtener ayuda y remodelar sus vidas. Constantemente informamos a los padres y madres sobre qué organizaciones ofrecen la ayuda especializada que necesitan, a qué instituciones del Estado acudir para las distintas necesidades que puedan tener, dónde buscar vivienda, trabajo, etc.

Además de la terapia, contáis con otras fórmulas para apoyar a los padres, madres y cuidadores.

Sí, les ayudamos mediante el apoyo y las interacciones dentro de la comunidad. Es genial que tengamos cada vez más ejemplos de colaboraciones donde los padres y madres interactúan y ellos mismos inician la realización de diversas acciones útiles.

Bajo nuestra tutoría, comenzaron a organizar grupos de autoayuda a través de los cuales apoyan a los desplazados internos de otras regiones de Ucrania. Gracias a uno de esos grupos, por ejemplo, una madre de la región de Lugansk logró encontrar trabajo. Antes de eso, fue muy difícil para ella y su hijo adaptarse a las nuevas condiciones y la nueva realidad.

Los padres y madres reciben nuestra ayuda, pero también necesitan sentir que se apoyan mutuamente. La terapia grupal les brinda oportunidades para intercambiar, para compartir puntos de vista y problemas comunes. Esto les permite comprender que no están solos, que muchas otras personas se enfrentan a los mismos o similares problemas. Juntos, buscan maneras de superarlos. Esto es muy empoderador y da fuerza.

¿Cómo estáis lidiando los profesionales del Programa de Fortalecimiento Familiar de Kiev con la situación y el estrés emocional?

Mis compañeros y yo recibimos supervisión e intervenciones profesionales individuales y grupales. Además, nos apoyamos, intercambiamos opiniones y experiencias, compartimos casos difíciles y nos asesoramos.

También realizamos actividades de gestión del estrés que nos dan la posibilidad de desconectarnos un poco. Estas acciones conjuntas son muy necesarias; la interacción y el sentimiento de apoyo nos da fuerzas para seguir ayudando a niños, niñas y familias.